Tuesday, September 12, 2006

Silencio


Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.

Octavio Paz


Saturday, September 09, 2006

Palpitación tipográfica I

La voz de Neruda es como la brisa, transparente, limpia y verdadera.

Te envuelve, te toca y te devuelve fieramente a la realidad...

...Tu realidad:

todo aquello que se sufre,

que se teme

y que se ama.

La voz de Neruda te renueva, ahoga torrentes en tu pecho

al compás de un tambor en eterna percusión.

Como no calla el sentir,

el saber,

el conocer...

que todo andar siempre deja h u e l l a...

... en los desiertos del alma.



Soneto LXX

"Tal vez herido voy sin ir sangriento
por uno de los rayos de tu vida
y a media selva me detiene el agua:
la lluvia que se ca
e con su cielo.

Entonces toco el corazón llovido:
allí sé que tus ojos penetraron
por la región extensa de mi duelo
y un susurro de sombra surge solo:

Quién es? Quién es? Pero no tuvo nombre
la hoja o el agua oscura que palpita
a media selva, sorda, en el camino,

y así, amor mío, supe que fui herido
y nadie hablaba allí sino la sombra,
la noche errante, el beso de la lluvia."


Soneto LXXI

"De pena en pena cruza sus islas el amor
y establece raíces que luego riega el llanto,
y nadie puede, nadie puede evadir los pasos
del corazón que corre callado y carnicero.

Así tú y yo buscamos un hueco, otro planeta
en donde no tocara la sal tu cabellera,
en donde no crecieran dolores por mi culpa,
en donde viva el pan sin agonía.

Un planeta enredado por distancia y follajes,
un páramo, una piedra cruel y deshabitada,
con nuestras propias manos hacer un nido duro,

queríamos, sin daño ni herida ni palabra,
y no fue así el amor, sino una ciudad loca
donde la gente palidece en los balcones."


Pablo Neruda,
1959

Sunday, September 03, 2006

La ciudad de la esperanza

De una escena cotidiana; la vuelta a casa y la singularidad a la vez amorosa e inquietante de una sonrisa inmaculada, puede surgir el más palpitante de los poemas; aquel que nos habla de la vida y los misterios de la condición humana sin pomposidades ni artificios y sabe que cada palabra del cuaderno es insustituible, -sagrada y sincera- como es única también la persona que lo ha inspirado.

Así es esta obra de Andrés Aberasturi, periodista español que ha colaborado en prensa, radio y televisión. Deslumbrante y frágil, al borde de la sinceridad del llanto...

...Y así nos presenta también a Cris, su hijo de parálisis cerebral, que como muchos otros niños con Necesidades Educativas Especiales ha despertado a este mundo luchando -a cada instante- entre la vida y la muerte.

Actualmente Andrés Aberasturi mantiene un blog bajo el nombre "Desde el arcén" http://www.ociocritico.com/oc/blogs/gato/

Si os interesa leer el libro completo, lo podéis encontrar en su mismo blog: http://www.ociocritico.com/oc/blogs/gato/?page_id=5 (no funciona el enlace, pero haciendo un cortar/pegar en vuestro explorador accederéis a la página)


"Hay noches en que el hijo
se me duerme ovillado junto al regazo
de la madre.
Ella resuelta en lunas,
él pálido,
rosa y mortal.

Ay nanas de la cebolla,
nanas de los 18 años
a cuestas con la vida
y ella y tú batallando
contra la muerte injusta,
ganando la batalla
y volviendo a luchar
esta vez contra el miedo.

Y siempre ganando.

Fue ella, hijo, fue ella
-y tú en sus brazos
mortal y rosa,
mi niño fieramente ángel,
mi ángel fieramente humano-
fue ella quien se irguió
sin odio
frente a la desgracia
y empezó a caminar plantando cara y alma
a tu destino incierto,
a tu muerte feroz equivocada.

Y cruzó la engañosa ciudad
del desamparo. Dejó atrás
los desiertos de la nada.
Atravesó los arrecifes de la fácil huida.
Anduvo sin mojarse sobre las aguas
turbias del miedo y la esperanza;
Y nunca lloró
teniéndote en los brazos.

Cuando encontró la paz
al fin,
cuando ella y tú os mirasteis
y de aquella mirada
nació la fuerza más grande de la tierra,
entonces
empezó a levantar
para ti,
para los todos,
la ciudad de la esperanza."


Andrés Aberasturi
Un blanco deslumbramiento (Palabras para Cris)