Sunday, December 17, 2006

Del adiós


No se dice.
Acude a nuestros ojos,
a nuestras manos, tiembla, se resiste.
Dices que esperas -te esperas- desde entonces,
y sabes que el adiós es inútil y triste.

Jaime Sabines

Thursday, December 07, 2006

Todo es soñar...

Cada día despertamos de un sueño para dejarnos arrastrar por otro... Sueño y Vigilia, Quimera y Realidad... son supuestos antónimos que con el tiempo se suceden a una velocidad vertiginosa hasta el punto de confundirse sus fronteras, como una rueda de colores bien definidos que, al girar y girar se desdibuja hasta perder todo matiz. Del mismo modo, en todo andar llega un punto que una se cuestiona dónde empezó el sueño, y si alguna vez fue menos real que todo aquello que luchó en su día a día.

Hay personas que no sueñan -o mejor, no viven-. Son aquellas que, como nos dice el poeta, sólo esperan del día el ansiado instante en el que nuestro "paso, al fin del día, gane la orilla oscura en que cesan las pruebas de estar solo." (Yo, a veces, soy una de esas personas, no me avergüenzo de ello.)

Qué es más verdadero ¿Soñar una vida o vivir un sueño? ¿Y si al soñar una
vida nos perdemos y no logramos despertar? ¿Y si al vivir un sueño nos damos cuenta de que ese sueño sólo consiguió perfección cuando no se alcanzaba? ¿Y si... ?

El ser humano es un pozo de preguntas sin respuesta, y sólo en la poesía -y en el arte- logramos enfocar algun ángulo de sus múltiples realidades.



PARÁBOLAS I

"Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!"

Antonio Machado