Por primera vez tras un largo destierro… como antes… ya no es necesario referente alguno para volver al hogar, para refugiarme una vez más entre paginas y paginas de existencia.
Atesoro dos vidas sin que apenas nadie lo intuya -y una nueva vida sin nombre empieza a latir ya por mis venas- Algún día descubriré que me depara esa brote de existencia, le pondré un nombre y dibujaré -en el mapa de mi biblioteca imaginaria- sus coordenadas.
Pero hoy soy Dorian, y no el de carne y huesos, sino el retrato creado por Basil… y resuenan en mi cabeza los pensamientos de lord Henry:
“La gente ordinaria espera a que la vida le descubra sus secretos, pero para unos pocos, los escogidos, los misterios de la vida se revelan antes de que el velo se haya alzado. A veces ése es el efecto del arte, y sobre todo el de la literatura, que apunta directamente hacia las pasiones y el intelecto. Pero de tanto en tanto una personalidad compleja ocupa su lugar y asume esa función del arte; es, de hecho, a su manera, una auténtica obra de arte, teniendo la vida sus propias y elaboradas obras maestras, tal como las tienen la poesía, la escultura o la pintura”
Oscar Wilde
El retrato de Dorian Gray
No sé cómo han venido hacia mi sus vocablos, quizás se han infiltrado como el tiempo y la humedad en la tela pigmentada que constituye mi esencia, o quizás es que estoy allí, camino a la ciudad, junto a Galatea…
Y contesta implacable esa realidad más alta.
-Así es. Eres sólo una idea forjada en mi mente y liberada tras el proceso lector.¡Pero qué ensoñación! ¡Qué vida! ¡qué universo! Quédate conmigo hasta que llegue al punto y final de tu existencia y mis ojos lean entre líneas, en la melancolía del último adiós, lo jamás escrito de Dorian Gray…
...Y es que he vivido tantas vidas cómo libros han robado mi alma.
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