Monday, March 29, 2010

Lectura febril


Leí La sombra del viento hace ya un par de años, y si bien la trama de la novela no tenía desperdicio y atrapaba desde la primera página, tuve siempre la impresión de que había demasiadas piezas a encajar en un puzzle imposible. Era como entrar en un laberinto y quedar atrapada en él, desamparada, esperando pasivamente una mano que te guiara hacia la única salida posible: un desenlace de luz verdadera; liberadora.

No me está pasando lo mismo en El juego del ángel, dónde siento que no hay presión para relatar hechos e historias y el perfil de los personajes adquiere una dimensión latiente, tan bien perfilada, que se auto-justifica a cada acto, sin necesidad de redenciones. Cada capítulo podría ser un punto y final abierto a la imaginación del lector. Y me encanta esta nueva sensación de desbloqueo, de participar activamente en el proceso lector.

¡He imaginado mil respuestas (y finales) y ni he empezado el segundo acto!